Magus llegó a nuestro staff en simultáneo a otros juegos, pero por algún motivo decidí comenzar con él en vez de los otros. ¿Por qué? Quizás era saber de antemano que el juego es pésimo y que rara vez un juego malo puede ser bueno. Quizás el paralelismo son esas películas de Clase Z, que no importa que tan malas sean, ya que hay veces que de lo bizarro nace algo entretenido. Desde ya, aclaro que seriamente no puedo recomendar el juego, pero si sos de los que gustan de la belleza interior por sobre la exterior, quién dice, en una de esas llegas a disfrutar de Magus tanto como yo.

MAGUS

Como explicar el nivel de bizarres que Magus nos entrega… No son sus bugs donde jefes enteros se traban con los escenarios y ni siquiera el nivel gráfico que incluso para amateurs sería vergonzoso. Magus es especial, es algo que no debería funcionar y no obstante envicia, pero así como la heroína, lo hace de mala manera. La historia que ¿acompaña? al juego nos hace saber rápidamente que somos el ser más poderoso y especial del planeta, pero de alguna manera estábamos encerrados en una cárcel. Nuestra compañera que nos acompañará para el resto del juego, nos ayuda simplemente y nos enseña a usar nuestro primer poder, un magia llamada simplemente: Verde. Si, ni los poderes llevan nombres. El juego entra en una especie de pseudo third person shooter, donde con podremos spammear magia con un boton, o bien tirar su versión poderosa.

El juego nos lleva por una experiencia lineal, de dos o tres horas, donde finalmente conoceremos que no sólo podemos usar magia verde, sino que también podremos usar magia azul y roja. Las diferencia entre los poderes son velocidad y daño, nada más, nada menos. Pero este no es un TPS disfrazado, por lo que los elementos de rol están a flor de piel. Mas allá de no necesitarlos nunca, el juego tiene habilidades. A través de un árbol de habilidades, podremos adquirir y mejorar habilidades para la magia verde, roja y azul. Tendremos la posibilidad de equipar armas y armaduras, tatuajes y hasta anillos y pendientes que modificarán nuestras estadísticas, dándonos más vida, defensa, y porque no mejoras a verde, rojo y azul.

Los mapas que el juego nos permite ver son variados, pero todos plagados de una calidad estrepitosa e incluso demostrando un pésimo planeamiento de los niveles. Esto implica que el juego, incluso en su dificultad máxima, se rompe sólo: ya sea por su diseño, o por como rápidamente nos volvemos más fuertes que el enemigo, entendiendo que apenas hay pocos enemigos que ataquen a distancia, y nuestro poder de ataque es ilimitado. En un principio veremos las cárceles del reino, y luego podremos decidir si ir por una serie de islas estilo caribeñas, unas montañas heladas, un desierto, y una mina, los cuales podremos visitar en cualquier orden. Una vez finalizados estos mapas, el peor de ellos se desbloqueara: la fortaleza de la reina, donde correremos por un pasillo interminable para una pelea contra un jefe final, que sinceramente acompaña al nivel del juego. Lo más increíble del juego es cuando termina, una cutscene que aparentemente alguien editó pesimamente mal, un corte, y aparecen los créditos con una canción de rock modernosa que desentona totalmente con el producto final.

El problema con Magus no es que es pésimo, sino que una vez que descubrís que tan malo es el juego (y esto ocurre rápidamente) lo empezás a ver de otra manera. Sin saber porqué uno se encuentra jugando sin parar, quizás esperando que el nivel en alguno de los puntos donde falla (en todos) mejora, y nunca lo hace. Quizás porque el juego dura 3 o 4 horas con toda la furia hace que lo juguemos sin pensar, y en definitiva ¿no es acaso eso lo que realmente importa? La realidad es que el juego es pésimo, y es irrecomendable, pero quien te dice, en una de esas…

Plataforma utilizada para el analisis: PlayStation 3

TRAILER