Varios meses después de su lanzamiento en Japón, llega a nosotros Catherine, la última creación Katsura Hashino junto a los responsables de la serie Shin Megami Tensei: Persona, quienes ahora abordan un genero completamente diferente en su primer proyecto HD para Xbox 360 y PlayStation 3.

A continuación pueden leer un completo análisis de Catherine.

 

 

Hace algún tiempo que Atlus proclama a su por aquel entonces aún no editado juego, Catherine, como una búsqueda de cambiar un poco la óptica rolera que la caracteriza, brindando un juego distinto en más de un aspecto. Ciertamente, luego de haberlo jugado de principio a fin y de haber experimentado sus bondades desde lo jugable y  sus encantos tan despampanantes como las curvilíneas féminas que engalanan la aventura que van desde lo estético, lo sonoro y lo narrativo puedo asegurarles que este Catherine, sin dudas que lo es.

Contrapuntando con los característicos personajes fácilmente definibles como los vimos en las series de Persona, Atlus describe las desventuras de Vincent, un treintañero que se desempeña sin pena ni gloria como desarrollador de Software. Su vida lisa y llanamente no va hacia ningún lugar y en ese punto muerto el se siente cómodo. Todo esto hasta que Katherine, su prometida y amiga desde hace años, le propone casamiento, dar un paso adelante en la relación.

Atormentado por esta situación, Vincent decide ahogar sus penas junto con sus amigos, todos habitué del Stray Sheep Bar, un tugurio en el cual pasaremos una importante parte de lo que dura Catherine (unas 15 horas aproximadamente en dificultad normal) bebiendo e interactuando con nuestros amigos y otros personajes que hacen a la trama. Las copas no paran de fluir y en un punto, Vincent queda solo, viéndose sorprendido por Catherine (con C). Todo se vuelve borroso y pesadilla mediante, Vincent despierta con Catherine desnuda a su lado.

A partir de ahí la aventura comienza y aunque por momentos al principio parece una historia bizarra y sin sentido, con el correr del juego la trama se torna densa e intrigante, haciendo que nos gastemos el cerebro en tratar de resolver los puzzles durísimos que tiene el juego… Porque sí, Catherine es esencialmente un juego de puzzles durísimo de roer.

Por cuestiones que no voy a mencionar para no arruinar la trama, la aventura transcurre por el lapso de una semana. En esta semana durante el día, estaremos en Stray Sheep Bar. En este bar podremos hablar con nuestros amigos y otros personajes que tendrán una relación directa con la historia que Catherine nos relata. Entre las actividades que podremos realizar, además de embriagarnos, podemos escuchar una fonola con el soundtrack original del juego que se irá desbloqueando, como también entrenar la mecánica del juego en un divertido arcade estilo 8 bits llamado Rapunzel.

Pero cuando la noche cae, Catherine despliega los encantos de lo que hace al núcleo central de la jugabilidad: Las Pesadillas. Dichas situaciones oníricas se componen en niveles verticales en los cuales tendremos que ir ascendiendo moviendo bloques cuadrados; debemos abrirnos paso utilizando distintas técnicas que involucran a las distintas propiedades de los bloques. Algunos son inamovibles, otros son de hielo, otros contienen trampas… Hay una buena variedad de ellos. A su vez, los mismos se pueden unir mediante los bordes para poder confeccionar distintos tipos de estructuras que nos permitan ascender. Las pesadillas plantean una situación de ascenso constante y contra reloj, ya que el nivel se irá desmoronando y si nos demoramos, terminaremos tocando fondo. Finalmente, cerrando cada uno de los 8 niveles subdivididos en 2 o más partes (según avancemos en la aventura), enfrentaremos a distintos jefes finales, bastante bizarros, que tienen que ver con la “encarnación” de los temores y las inquietudes de Vincent.

Realmente estamos ante un juego que es desafiante como pocos, los puzzles en nivel normal son exigentes al mango y ni hablar de dificultades mayores. Eso sí, la complicación no pasa por tener una X cantidad de vidas, ya que entre varios power ups que el juego ofrece como por ejemplo, la posibilidad de crear un bloque, trepar dos bloques a la vez o remover enemigos, se encuentran los almohadones. Estos almohadones nos otorgan una cantidad determinada de “retrys” (dos por almohadón en dificultad normal, por ejemplo) que nos permiten volver a intentarlo si caemos al vacío, lo cual a mi entender constituye una falla importante ya que si perdemos constantemente y agarramos ese almohadón una y otra vez podremos terminar con 50 retrys en un mismo nivel, que nos servirán para todo el juego. El verdadero castigo que impone Catherine es sin dudas el someternos a situaciones extremadamente complicadas y complejas, en donde nos parecerá que estamos atrapados sin salida, llegando en ocasiones a frustrarnos bastante.

La curva de aprendizaje es excelente, ya que entre cada sub nivel de pesadilla existe una suerte de descanso en donde podremos guardar la partida, comprar ítems, y lo mas importante, interactuar con otros personajes que compartirán distintas técnicas y trucos para abrirnos paso. Sin embargo cabe mencionar que toda la explicación que se nos da al iniciar la aventura se omite por completo si somos de esos pistoleros que se largan a jugar en Hard de movida (como yo), y el resultado les garantizo que será desastroso, por lo cual les recomiendo iniciar el modo normal y completarlo con el fin de dominar todas las mecánicas del juego, para luego ir a por un reto mayor. Según nuestra pericia para completar un nivel se nos premia con trofeos de distintas categorías, pueden ser de bronce, plata y oro. El chiste es que al obtener el oro, el nivel se desbloquea para poder jugarlo en un modo desafío llamado “Babel”.

En nivel normal el juego se extendió a lo largo de unas 15 horas sumamente entretenidas las cuales no se sintieron densas en ningún momento gracias al ritmo que tiene el juego para contarnos la historia que ofrece. Para sumar un condimento la narrativa se mueve entre secuencias realizadas directamente con el motor gráfico del juego y secuencias de estilo animé que están realmente muy bien. Gráficamente el juego utiliza la técnica de cell shading con unos muy lindos detalles. Los niveles tienen una ambientación muy correcta y contienen un diseño exquisito. En cuanto al diseño y construcción de personajes, los mismos responden a clichés bastante marcados, pero no por eso menos queribles. Cada cual tiene su historia pesada y su opinión formada en cuanto al amor y a las relaciones: y es que Catherine es un juego que se focaliza en ese tipo de problemáticas “sociales”. Al finalizar cada nivel se nos expondrá a un cuestionario. Este cuestionario también tiene que ver con cuestiones “del corazón”, y será lo que defina cómo Vincent va actuar ante las distintas situaciones que se le irán presentando a lo largo de la aventura, mediante el muestreo de una barra de “bien y mal” que irá oscilando según nuestras elecciones.

Gracias a estas decisiones que tomamos al finalizar cada nivel, el juego en sí toma un alto nivel de rejugabilidad ya que existe la posibilidad de obtener un total de ocho finales distintos, sumados a un excelente modo cooperativo y al desafío Babel compitiendo en un leaderboard. Por último destacar una genial labor a nivel musical combinando melodías que lindan con lo funky, o con el jazz característico que acompaña la acción de beber Martinis durante el día, para luego pasar a fragmentos conocidos de música clásica durante la acción de escalar los niveles, acentuando a la perfección la diversidad de los momentos. Las voces acompañan dignamente pero no logran destacarse por nada en particular.

En definitiva Catherine es un juego distinto y único en su clase, ya sea por la forma de tratar su temática o bien la historia que tiene para contar. El tándem puzzle plataformero novelero es realmente fresco y muy divertido de experimentar. El nivel artístico que posee en todo sentido resulta un tanto bizarro pero irresistiblemente atractivo. Posee esa dificultad endiablada que tanto añoramos algunos en los juegos de hoy en día que creímos olvidada en aquellos juegos de antaño, pero que a su vez resulta enormemente gratificante a la hora de completar. Atlus cumple con su cometido entregando una aventura digna de ser jugada por cualquiera, refrescante y entretenida la cual desde luego, recomiendo que prueben.

Plataforma utilizada para el análisis: Xbox 360

 

 
 

 

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