Desde nuestra mas tierna infancia, los hombres queremos manejar. ¿Quien no corrió por toda la casa al grito de ”BROOOOM BROOOOOOM BRROOOOOOOOOOM”, sosteniendo un plato con los brazos extendidos ante la enternecida mirada de mama? (creo recordarlo como ternura, también es posible que haya estado pensando “que pelotudo me salio el nene”). ¿Quien no corrió carreras con carritos a rulemanes, en alguna calle en bajada del barrio? ¿Quien no envidio a Michael Knight mientras recorría las rutas a bordo de K.I.T.T? ¿Cuantas veces vieron a Burt Reynolds delirar a la ley a bordo de su Trans Am 77? en “Smokey and the Bandit”? Los hombres y los autos tenemos una relación rara, a veces poco desarrollada, es cierto, pero basta con escuchar el sonido del motor de un Porsche GT para que a cualquiera le empiece a picar la planta del pie derecho. Y como un Porsche GT no suele estar al alcance de la mano…bueno, nunca, siempre podemos recurrir a juegos como Need For Speed para probar aunque sea una pizca de esas sensación.

¿Como no esta el 128 “solo para entendidos”?

“Vieja, ¿voy bien para la cancha de Arsenal?”

Need for Speed: Hot Pursuit (NFS:HT) nos va a sentar al volante de los coches mas refinados, veloces, atractivos (y porque no,un poco grasas) que haya concebido alguna vez la mente humana. Ya sea como Racer o como Policía, la idea detrás del juego es tan sencilla que todos comenzamos a utilizarla espontáneamente cuando tenemos 5 o 6 años: correr mas rápido que los demás y/o ganarles a todos. Vamos a poder pistear como un Chumacher a bordo de una inmensa cantidad de coches, divididos en su correspondiente categoría. La variedad de autos es muy grande, pero mas allá de algunas diferencias obvias, es solo una cuestión de aspecto, ya que se manejan todos igual. Obviamente, un Muscle se va a sentir mas pesado en las curvas, un Exotic en un atajo de tierra va a tener menos estabilidad que el Gobierno del Congo y asi, pero nada que haga una diferencia extrema: esto no es un simulador ni pretende serlo.

A medida que progresamos en nuestra “carrera” (cuac!) se nos van habilitando nuevas maquinas a nuestro arsenal. Hay de todo, desde un “simple” Mitsubishi Lancer Evolution a bestias asesinas como un Bugatti Veyron Super Sport. Un detalle interesante que particularmente me agrado mucho es la “mini reseña” que nos brindan de cada auto, tirándonos varios datos interesantes acerca de cada uno de ellos.

Oooooooooh, vamos a la ruta

…y esto es lo que pasa cuando manejan las mujeres.

El aspecto visual de Hot Pursuit es impecable. Desde paisajes rurales, con granjas dispersas, puentes antiguos y atajos de tierra hasta autopistas de 12 carriles con trafico que va y viene, pasando por bosques cerrados con arboles enormes y rutas con larguísimas rectas desérticas, todo se ve fabuloso, y la variedad de tracks ayuda a mantener el interés por ver “donde me toca correr ahora”. La sensación de velocidad es excelente, aunque en algunas pistas son tan abiertas que se pierde un poco. Los autos en si son un espectáculo para la vista, y el juego lo sabe: nos permite sacarles fotos a nuestras naves para luego subirlas a nuestro Muro. “¿Lo que? ¿Muro? ¿Esto se juega en fesibuc?”, se preguntaran, y la respuesta, gracias a Dios, es no. El corazón del juego es el Autolog, un mapa virtual del juego que guarda registro de absolutamente todo: que corrimos, contra quien, cuando, como salimos, los tiempos que hicimos y así. El Autolog nos permite encontrar amigos online, comparar tiempos y, por supuesto, competir contra otros jugadores. Y ahí es donde NFS brilla.

“A esa mierda le gano con el Falcon de mi abuelo”

U MAD?

Jugar NFS en Multiplayer es EPICO. Personalmente, y hasta el momento de escribir esta nota, solo pudimos juntarnos de a 4 (el máximo es y para ser franco, directo y contundente, voy a ponerlo así: nos recagamos de risa. Tanto los modos de Persecución como las Carreras son increíblemente divertidas. Las herramientas a disposición de cada bando agregan mas carcajadas a la experiencia online: nada mas satisfactorio que reventar a un amigo contra una Roadblock en el segundo que estaba por esquivarla, o embocarle una Spike Strip a ese rompebolas que tenes pegado en el retrovisor. Las puteadas entre risotadas estan a la orden del dia, las carreras perdidas por centésimas de segundo son cosas común y la sensación general es increíblemente satisfactoria.

Si, todo muy lindo, pero viene flojo de tren delantero

Algo me dice que esto no esta del todo bien…

NFS: HP es un producto muy desparejo. Excepto que les guste correr y listo, el modo singleplayer es directamente aburrido, poco inspirado y completamente insípido. Con la premisa medio idiota de “todos vienen acá para llegar a ser el Nº1?, Criterion se ahorro pagarle a un guionista para que nos tire aunque sea una historia pedorra con malos actores y minitas lindas que intentan hacer como que pasa algo importante. Acá no hay nada detrás, simplemente somos un NN que corre contra otros ilustres desconocidos para ver quien llega primero (o que rápido los metemos en cana, en el caso de los Policías). Vamos saltando de evento en evento, sin nada que los una entre si, ni que nos impulse “a ver que pasa”. Esto puede producir una primera impresión realmente mala (fue lo que me sucedio a mi, sin ir mas lejos), sobre todo si vienen con la idea de encontrarse con un “Most Wanted para consolas Next Gen”. Si no tenemos amigos para jugar online, que es donde realmente Hot Pursuit saca todo lo que tiene para ofrecer, difícilmente logre mantenerlos enganchados un largo tiempo. Con una plot medianamente decente detrás, y una estructura mas ordenada, estaría muchísimo mejor, pero no parece ser el lugar a donde apuntaban con el producto.

Bandera a cuadros.

NFS: HP se ve lindo, se oye lindo y se juega lindo. Si tienen amigos para organizar carreras online, es un éxito asegurado. Si solo les interesa correr y desafiarse a si mismos para bajar sus tiempos y mejorar ese drift que no pudieron embocar perfecto, también lo van a disfrutar. Ahora, si esperan que alguien les cuente algo que justifique tanta carrera, están al horno, mejor ahorrense la plata para otra cosa.