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Hacía varios años que no jugaba un Ninja Gaiden y el anuncio de la llegada del juego a PS3, por más de que sea un port del título que recibió Nintendo Wii U, era una buena noticia para mí. De los grupos de Tecmo Koei, voy a admitir que Team Ninja era -y sigue siendo- el que menos me gusta, más ahora con la llegada de Gust, baja incluso un escalón más. El problema de tener dos grupos que hacen hack ‘n’ slash (Omega Force y Team Ninja) trae rápidamente una especie de comparación por parte nuestra y de los fans, que no es justa en la mayoría de los casos. Voy a narrar un poco como fue mi experiencia con Ninja Gaiden III, y como perdí un poco los prejuicios con uno de mis grupos menos favoritos dentro de Tecmo Koei.
Los usuarios de Nintendo Wii U no están de parabienes. No sólo la consola está teniendo poquisima tracción -incluso con los juegos first party- sino que la mayoría de las exclusivas están perdiendo esa caracteristica y saltando a la Playstation 3 y Xbox 360. Para colmo lo que alguna vez ha sido uno de los tanquecitos de batalla de la serie de lanzamiento de la consola resultó ser la peor versión del juego ya que la versión que pudimos testear (Playstation 3, que es igual a la de Xbox 360) es totalmente superior a la de la otra empresa nipona.
Pasemos al juego en si, Ninja Gaiden III: Razor’s Edge cuenta la historia del ya mítico Ryu Hayabusa quien obligado por las demandas de un excentrico culto llega a Londres para contenter la situación, rápidamente el se ve peleando con el líder, alguien que se da a conocer como el Regent of the Mask, y que tras vencerlo utiliza nuestra espada como medio y nos lanza una maldición en el brazo llamada Grip of Murder, o algo así como la empuñadura de los asesinatos. Esta maldición requiere que Ryu este asesinando constatemente enemigos o sino nos consumirá a nosotros. Tras seguir una pista y ya sin su espada, Ryu descubre que su odisea sigue por Rub’ Al Khali (Desierto de Arabia Saudita) y ahi es cuando descubre que Ayane, la otra protagonista del juego, está siguiendo el mismo culto y le presta la espada de Hayate.
La historia es rebuscada, pero nunca deja de ser entretenida, sin emabrgo conviene seguir con lo que es realmente importante, “el gameplay”. Durante todo el juego nuestras acciones estarán evaluadas por un sistema que nos otorgará Karma, que es como podrán deducir el sistema que utilizaremos para comprar mejoras de nuestros poderes, nuestras armas, e incluso habilidades nuevas. La gente de Team Ninja eligió unos escarabajos dorados como item a encontrar escondido en los niveles con las que podremos desbloquear armas nuevas, y acá está mi primer problema con el título, no importa que arma usemos, las estrategias son iguales, y por ende la exploración a usar armas distintas (y upgradearlas) muere rápidamente; sabiendo esto de antemano muchos harán lo que yo, y es quedarse con la espada hasta el final.
Ryu (o las dos misiones de Ayane) tiene un arsenal de armas y movimientos disponibles, pero todo es rápidamente olvidable cuando los mismos movimientos vencen a los enemigos, y hay sólo dos o tres mejoras que hacen que valga la pena invertir. Lo que es realmente útil son los Ninpo, o en criollo los poderes que Ryu tiene para combatir grandes grupos de enemigos. Si son de jugar Dynasty Warriors o similares, cada golpe que hacemos o recibimos carga la barra de Ninpo y lo ejecutamos como si fuera un musou, con la ventaja que es muy, pero muy controlable y podemos hacer varios golpes de precisión. Lamentablemente al haber poca variación, lo torna repetitivo.
Algo muy interesante que se ha agregado a Ninja Gaiden III es la inclusión de un modo online cooperativo y otro competitivo. En el lado que requiere la ayuda de algún aliado son la posibilidad de jugar 100 challenges donde tendremos que matar enemigos de distintas formas junto a un amigo, y cuya dificultad es realmente alta, pero para los viejos usuarios del título algo demás que esperable. El modo multiplayer es lo complicado, puede pasar a ser de lo más entretenido en una especie de Free For All a la frustación en una décima de segundo. ¿Por qué? Simple, al no haber un sistema de filtrado jugamos con gente con más karma que nosotros y eso hace que tengan mejores armaduras, armas, niveles en los Ninpo, habilidades y demás. La única forma de entrar ‘desde cero’ al multijugador es fallar solo en los challenges una y mil veces, o conseguir alguien con la paciencia para jugar varias horas y progresar. No decimos que un multiplayer con una curva pronunciada de aprendizaje sea mala, sino que es grave cuando el ‘precio de entrada’ es tan alto que ‘asusta’ al posible jugador.
En definitiva Ninja Gaiden III: Razor’s Edge es un juego que intenta volver al terreno conocido que tanto exito le dio hace casi una decada, es un paso en la dirección correcta, pero no es un juego del todo pulido y que me anime a recomendar excepto a fánaticos del género. Gráficamente está bien, aunque no es excepcional; el gameplay es decente, pero es tan repetitivo que termina aburriendo y si bien la historia -por más tirada de los pelos que esté- se deja llevar no será un punto de venta del título. Si tienen ganas de Ninja Gaiden, es el mejor de la generación, y les recomendamos saltear la versión de Nintendo Wii U.
Plataforma utilizada para el analsis: PlayStation 3
