Thief es una franquicia especial, básicamente por su legado. No vamos a darle más vueltas, pero su existencia habilita la de otros en esta industria, por lo que el rumor -en su momento- y posterior anuncio fue celebrado fuertemente entre los fanáticos de los juegos cuyo componente más visible es el Stealth. Como decimos usualmente, siempre hay un pero, y en este caso se nota la deficiencia de un estudio que ha trabajado en el discuto Deus Ex: Human Revolution, en el pésimo -y aún roto- apartado multijugador de Tomb Raider y finalmente un juego mobile (iOS, Windows Phone y Android). ¿Que podemos esperar de un estudio así? Enterate tras el corte.

Thief (PS4)

En la introducción hablamos del pasado de la desarrolladora y Deus Ex: Human Revolution fue mencionado, no sólo por que es un juego decente, sino por que es el único producto decente de esta rama de la compañía. Inclusive en ese juego se daba a entender que el stealth es tan importante como las otras mecánicas del juego, cosa que Thief olvida rápidamente, pero ya vamos a hablar de ello. El juego tiene como protagonista a Garrett, un ladrón maestro,  cuya pasión por robar cuanta nimiedad se le cruce por enfrente de la cara nos hace cuestionar su habilidad como tal y lo reduce a simplemente un ladrón cualunque. La historia ridícula que acompaña al juego no es el motivador, ni por asomo, de este juego.

El juego oscila entre momentos de brillantez y mediocridad tan rápido que se me hace difícil defenestrar o aclamar el juego, por que si bien es cierto que las mecánicas de Stealth (sigilo) son las más importantes, el juego te da la opción de no ser nada sigiloso, pero la injusticia y las pésimas mecánicas que el juego emplea para todo lo que no es sigilo, rápidamente nos obliga a jugar como si fuéramos una sombra. Aquí está el primer problema. Si el juego nos obligase a jugar sigilosamente como única opción entiendo que las mecánicas de combate sean básicas, pero el hecho de que no sea así mata al juego, y ejemplos donde el stealth es recomendado, premiado y aún así opcional es Dishonored, de Bethesda.

El juego tiene, no obstante, varias formas de jugar su carta mas fuerte: el sigilo. Podemos optar por movernos cerca de los enemigos y usar un swoop, una habilidad que nos hace desplazarnos rápidamente a unos metros, y otorgándonos la facultad de volvernos casi invisibles, haciendo que ese sprint final, sea fácil de lograr. La ciudad, como el juego la llama, nos presenta con cientos de oportunidades para escondernos. Esto hace que movernos en las sombras de un punto a otro sea una posibilidad. Lamentablemente el juego es muy oscuro, en el sentido más literal. Cuando el color principal de la paleta de colores son negros y grises muy oscuros, distinguir a un objeto interactivo o simplemente ver un objeto puede ser una tarea complicada. Para eso el developer optó por poner un Focus, una especie de modo detective de Batman, con muchísimas limitaciones, cuyo objetivo es solventar este problema. El mayor problema del juego y a esta altura es imperdonable, es la cantidad de pantallas de carga, que algunas pueden tomar hasta 30 segundos en Playstation 4 -aunque es así en todas sus versiones- haciendo que la navegación sea molesta, por lo que lo “abierto” del mapa, suele perder su efecto rápidamente.

El mayor problema del juego, no obstante, es la misión principal de Garrett. Ya desde un principio el juego se inmiscuye en lo sobrenatural, y el juego continua por misiones en esa tónica que rápidamente me sacó del ambiente del juego y si bien estas misiones nos llevan a ambientaciones interesantes, los niveles principales no están del todo bien diseñados. De hecho, y cosa que es curiosa, disfrute más de las misiones secundarias que de las primarias y eso habla de una pésima decisión a la hora de diseñar el título. El aspecto audiovisual es como el juego en si, una montaña rusa de emociones. Para arrancar la parte visual es genial, pero a pesar de los 30 frames con los que corre en todas las consolas -suficiente para este juego-, el juego pierde efectividad de flujo a la hora de cambiar de pantallas, gracias a los loading times. No hay caídas de frames en el juego, pero si en las cutscenes, y esto se nota en todas las versiones, incluso la de Windows PC que corre a 60 FPS. La parte sonora, también sigue esta tendencia de mezclar cosas geniales -como el ruido ambiente y el score del juego en si- con actuaciones pésimas, e incluso mal sincronizadas en su idioma nativo. En definitiva se me hace díficil recomendar el juego a alguien que no sea un fanático excluyente de los juegos con elementos de sigilo, de hecho es el único elemento que salva a este título.

Plataforma utilizada para el análisis: PlayStation 4

TRAILER