[Review] Need for Speed: Hot Pursuit
Desde nuestra mas tierna infancia, los hombres queremos manejar. ¿Quien no corrió por toda la casa al grito de ”BROOOOM BROOOOOOM BRROOOOOOOOOOM”, sosteniendo un plato con los...
Desde nuestra mas tierna infancia, los hombres queremos manejar. ¿Quien no corrió por toda la casa al grito de ”BROOOOM BROOOOOOM BRROOOOOOOOOOM”, sosteniendo un plato con los brazos extendidos ante la enternecida mirada de mama? (creo recordarlo como ternura, también es posible que haya estado pensando “que pelotudo me salio el nene”). ¿Quien no corrió carreras con carritos a rulemanes, en alguna calle en bajada del barrio? ¿Quien no envidio a Michael Knight mientras recorría las rutas a bordo de K.I.T.T? ¿Cuantas veces vieron a Burt Reynolds delirar a la ley a bordo de su Trans Am 77? en “Smokey and the Bandit”? Los hombres y los autos tenemos una relación rara, a veces poco desarrollada, es cierto, pero basta con escuchar el sonido del motor de un Porsche GT para que a cualquiera le empiece a picar la planta del pie derecho. Y como un Porsche GT no suele estar al alcance de la mano…bueno, nunca, siempre podemos recurrir a juegos como Need For Speed para probar aunque sea una pizca de esas sensación.